Grafitero de cincel. Vhils

Por Jessica Luna, arquitecto

El grafiti como arte de expresión gráfica urbano posee una trayectoria histórica bastante extensa y una llamativa procedencia etimológica, con raíces en el griego γράφω (grapho) que se entiende como escribir o grabar. Uno de los registros más antiguos fue encontrado en la ciudad romana de Pompeya cubierto por las cenizas del Vesubio en el siglo 79 D.C. Se trataba no solo de pintadas, sino que también de marcas o inscripciones hechas raspando la pared, convirtiendo los muros en una suerte de mensajería social tan efímera como su existencia.

Alexandre Farto (1987) reconocido como Vhils, se inicia en el grafiti a los trece años en su ciudad natal Seixal en la región de Lisboa; siete años más tarde decide educar su oficio en la University of the Arts, Londres. Su trabajo se fue definiendo gracias a la observación de los procesos de transformación de Portugal, desde La Revolución de los Claveles, en el setenta y cuatro, hasta el intenso desarrollo urbano que experimentó su país en los años ochenta y noventa. Esta interacción visual con el medio urbano le permitió presenciar cómo las murallas de las ciudades fueron acumulando capas de cambio, impregnándose de transformaciones sociales. Entonces, en lugar de agregar más carga de pintura en ellas, rasparía las paredes para exponer las capas de su historia allí encapsuladas, desarrollando la técnica de tallado en bajo relieve, base de su proyecto Scratching the Surface.

Las otras dos superficies de trabajo más relevantes para el artista son las puertas de demolición, de nuevo raspadas y cinceladas; y los carteles publicitarios de gran formato, que son apilados y luego rasgados cuidadosamente. Este gesto de destrucción constante es el que ha movilizado al artista para crear en estas superficies extraordinarios retratos a gran escala de rostros anónimos cotidianos, visibilizando con ello a los protagonistas desapercibidos de estos mismos relatos.

Para esta deconstrucción, Vhils ha explorado una serie de soportes: desde plantillas y proyecciones hasta navajas, martillos y cinceles, taladros, ácidos, modeladores 3D y uno de sus enfoques más sorprendentes: los explosivos, probablemente buscando descifrar el orden en el caos. Y aunque hay en toda esta estética una intención, mucho se reduce a las capas en la pared, de la madera o metal, porque siempre es un misterio lo que se puede encontrar. Es casi una disección arqueológica y una aceptación del material para conducir el resultado final, porque ciertamente en esta técnica no hay vuelta atrás, y si bien es cierto que cuando el mural va integrándose con las humedades, las grietas y la contaminación la obra se completa, también lo es que al trabajar al aire libre queda la incertidumbre de que estos retratos permanezcan.

Vhils ha presentado su trabajo en más de treinta países y ha dirigido varios videos musicales colaborando con bandas como U2. Vhils trabaja actualmente con la Galería Lazarides (Reino Unido), Agencia de Arte Vera Cortês (Portugal) y la Galería Magda Danysz (Francia y China), GGA Gallery (Italia y USA) y Delimbo Gallery (España).