Ecocitex: Reciclaje textil

Buscando generar un impacto positivo económico, social y medio ambiental, Rosario Hevia fundó Ecocitex, la primera empresa que elabora hilado de ropa reciclada. Su principal objetivo es acabar con el desecho textil en Chile de la forma más sostenible posible. Una iniciativa que acaba de quedar seleccionada, a nivel latinoamericano, para el programa Emprender con Impacto.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía gentileza Ecocitex

«En Chile se producen alrededor de 550 toneladas de desecho textil al año. Es más, la industria textil es la segunda más contaminante del planeta, luego de la petrolera, y se estima que el 73% de la ropa termina en los vertederos. A eso se suman datos alarmantes, como que para hacer un par de jean se desperdician 2.700 litros de agua, entre tantos otros”, cuenta Rosario Hevia, ingeniera civil industrial, fundadora de Ecocitex.

Ecocetix —que significa Economía Circular Textil—, comenzó a funcionar oficialmente en enero de este año, pero es un proyecto que se venía armando desde el 2019 y de la mano de otro emprendimiento de Rosario: Travieso. “Desde el 2006, y durante mi vida universitaria, tuve un gran acercamiento con lo social. Trabajé construyendo mediaguas, en intervención de distintos campamentos en Puente Alto, con colectas de útiles y reforzamiento escolar de matemáticas, etc. Tenía una gran vocación y sabía que quería seguir trabajando en esa área”.

“Años después, cuando fui mamá, me di cuenta de que existen dos grandes problemas: los que tienen hijos juntan mucha ropa porque los bebés crecen muy rápido y no saben qué hacer con esas prendas (tienen un valor emocional y están prácticamente nuevas). Y segundo, muy seguido necesitan más ropa, ya sea porque el hijo crece o llega un hermanito, y no saben dónde comprar. Entonces, se me ocurrió hacer Travieso, una tienda donde valorizamos, vendemos, convertimos, reciclamos y donamos. Mi intención era darle una segunda vida a la ropa, pero con un compromiso social”.

¿Qué significa para ti la ropa usada?
Toda mi vida me he vestido con ropa usada, no hay goce mayor que vestirme con lo que usó mi mamá, mis tías y amigas; o de ir a la feria y encontrar ropa barata y poder modificarla como yo quiero. La ropa usada me genera algo especial, siento que cuido la economía. Además, no sigo contaminando ni aportando a la cadena textil de trabajo infrahumano que hay otros lados del mundo.

¿Cuál es el compromiso?
En Travieso hoy nos comprometemos a recibir toda la ropa infantil que nos quieras pasar; da lo mismo la marca, el estado, si está rota o manchada. Nosotros buscaremos el mejor uso a cada prenda. Reutilizaremos lo que sirva para vestir (como ropa premium o ropa de segunda) y lo que no se pueda vamos a tratar de convertirlo en otro producto, sin producir más huella de carbono y de forma manual (como un peluche, una pelota sensorial, un cubo Montessori, cintillos, pinches, etc.). Y sólo el textil que está en muy mal estado lo vamos a reciclar. Pero lo más importante es que un tercio de la ropa en buen estado la donamos a niños en situación vulnerable.

¿Con qué problema te encontraste?
Que empezó a llegar muchísima ropa en paupérrimo estado, porque la gente aún no distingue la diferencia entre donar y reciclar. En general se va tanta ropa a la basura que por este motivo nació el último compromiso de Travieso: nada terminará en los vertederos. Fue tan impactante cómo partimos recibiendo cinco kilos mensuales y llegamos a más de cuatrocientos kilos de ropa mensuales. Buscando qué otros productos textiles podíamos hacer llegamos a una hilandería… y así nació el proyecto de Economía Circular Textil.

HILANDERÍA

“Unos meses antes del estallido social hicimos pruebas en una hilandería para hacer hilado de textiles reciclados. Salió todo perfecto y luego lo comercializamos en Travieso, pero producto de la crisis esta fábrica quebró; iba a vender sus maquinarias y a despedir a todos sus empleados, algunos con más de treinta años en la empresa. Ante esta situación, junto a Daniela, una de mis socias, decidimos salir a buscar socios e inversionistas con el compromiso de comprar las máquinas y poder volver a contratar a todos los empleados, pero bajo una nueva empresa: Ecocitex. De ese grupo se quedó con nosotros el noventa por ciento del equipo, lo cual también fue muy enriquecedor porque no sabíamos nada de este rubro”.

¿Cómo les afectó la pandemia?
Fue tremendo y no lo esperábamos. Entre enero y febrero nos dedicamos a remodelar y hacerle mantenciones a las máquinas para trabajar con ropa reciclada. Comenzamos a producir, y ya con algunas conversaciones en carpeta, la idea era venderles a las grandes tiendas en marzo y antes del invierno. Cuando se declaró cuarentena en Macul, se cayó todo y tuvimos que parar de fabricar hasta ahora en octubre que recién pudimos retomar.

Pero se levantaron…
Por suerte me manejo en redes sociales y comencé a mover mis contactos. También muchas tiendas pequeñas se empezaron a interesar en el proyecto y hoy tenemos más de ciento treinta puntos de venta en todo Chile. El gran problema es que el hilado es un producto estacional, y con la pandemia mucha gente quería tejer y hacer manualidades. En un punto tuvimos mucha demanda, pero nos quedamos sin stock de productos. Sin e-commerce ni tienda propia, fue complejo.

¿Cuáles son los desafíos?
Equilibrar nuestros tres ejes principales para que este sea un modelo sostenible en el tiempo. Con la pandemia se cerraron los puntos verdes y la gente no salía a reciclar su ropa, por eso estamos en campaña de reciclaje con alianzas estratégicas. Segundo, tenemos que ser capaces de seguir produciendo. Pero lo más desafiante hoy es la venta porque el clima mejoró y la gente ya no está interesada en comprar ovillos.

¿Con quienes tienen alianzas?
Además de particulares, recibimos ropa de empresas y pymes sustentables (Hope, Recologico.cl y Pantera Courier). Hoy reciclamos de manera gratuita para todo el mundo, pero la idea es poder cobrarles en el mediano plazo a las empresas. Estamos estudiando un nuevo modelo de negocios de economía circular para que ambas partes sean beneficiadas. Pero no puede ser posible que las personas no se hagan cargo de sus desechos textiles y del daño que le hacen al planeta. Sabemos que mientras no se cobre por el retiro de basura general en nuestro país, esta va  ser nuestra bandera de lucha por mucho tiempo.

¿Qué falta?
Se necesitan incentivos, sólo en Chile se calcula que una persona, en promedio, compra treinta y seis prendas al año, lo cual supera todas las cifras de Latinoamérica. El consumo textil es desmedido y no tiene justificación. Por eso nuestra apuesta es concientizar hacia un consumo más responsable, alargar la vida de las prendas, ser capaces de reparar, reutilizar y reciclar.

ABRIENDO PUERTAS

“La Corporación Abriendo Puertas es una institución que trabaja con mujeres privadas de libertad y que se dedica a acompañarlas cuando salen de la cárcel. Nosotros nos acercamos para que nos ayudaran a seleccionar empleadas para trabajar en Ecocitex, y en el seguimiento laboral y emocional. Hoy tenemos seis contratadas que se encargan de la selección y limpieza de las prendas (retiro de todo elemento no textil como cierres y botones)”.

¿Cómo ha sido esta experiencia?
Maravillosa, si bien ellas vienen con problemas en sus domicilios o familias, nosotros no juzgamos ni tampoco preguntamos. No tenemos idea cuáles son sus antecedentes, pero porque no nos interesa. Su labor la hacen a la perfección y son las personas más agradecidas y comprometidas. La reinserción laboral es muy compleja en Chile, además de que, en general, se les asigna trabajos temporales o estacionales. Nosotros les damos la oportunidad que con su propio esfuerzo puedan surgir. En verdad es muy bonito trabajar con ellas y nos encantaría que más empresas se sumaran a estas iniciativas.

¿Qué caracteriza a su hilado?
Tenemos productos preciosos, con colores en distintas tonalidades y moteados. Cada ovillo es único y sin colorantes ni pinturas; por ejemplo, para confeccionar un hilado rosado se necesita juntar ropa de ese color (chalecos, piluchos, poleras, etc.).Sacamos la línea Rústica con distintos precios y tamaños (desde $1.990), con hilados asequibles para poder vender a gran volumen. Nuestra gran meta es eliminar el desecho textil en Chile y con altos precios eso es imposible. Que sea barato, además, fomenta que la gente lo quiera consumir.

¿Han sacado otros productos?
Sí, además de la ropa y el hilado vendemos también los cierres y botones que rescatamos de las prendas en nuestra fábrica. Productos confeccionados que logramos rescatar como puffs, mochilas, bolsos y morrales. Todo lo que se pueda como subproducto del reciclaje. También gracias a una alianza con Andes, empresa de telares industriales, elaboramos cubrecamas, mantas, frazadas, pieceras y otros (actualmente a la venta en Ripley).

Si bien llevan poco tiempo ya están siendo reconocidos…
Sí, nos ganamos hace poco un CORFO de Innovación y somos finalistas (representando a Chile) en el programa Emprender con Impacto, auspiciado por Mercado Libre y Mayma, donde también están participando Argentina, Colombia, México, Uruguay y Brasil. Esta es una iniciativa que busca apoyar y fortalecer a los emprendedores de impacto económico, social y ambiental de Latinoamérica. Esperamos continuar en esa línea en un futuro cercano, ser parte de Empresas B y lograr nuestras metas. Sabemos que no será fácil, pero si logramos que la comunidad se enamore como nosotros de este sueño, iremos por buen camino.