La Lechería: Rincones del pasado

En el sector de Valle Alegre, Quintero, se encuentra un especial café, restaurante y centro de eventos que rescató partes de una antigua lechería de la zona. Más de doscientos años de historia que se suman a la Casa Museo Lord Cochrane que la familia Castro restauró por completo.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía Teresa Lamas G.

Visitar la Lechería de Valle Alegre —localidad rural de la comuna de Quintero en la Región de Valparaíso— es un viaje al pasado. Desde su entrada, grandes y frondosos árboles dan la bienvenida a una antigua casa quinta que era parte de una lechería que data de 1845.

“Mi papá, Claudio Castro, compró esta lechería en 2010, la cual estuvo abandonada por más de cincuenta años. Este lugar era muy famoso en su época, pues llegó a tener quinientas cincuenta cabezas de ganado y fue uno de los principales distribuidores de la empresa Ula. Pero lamentablemente, por la reforma agraria, en 1962 dejó de funcionar”, cuenta Elisa Castro, dueña de La Lechería.

Fue así que la familia Castro adquirió las 2,7 hectáreas de esta antigua lechería, además de un terreno que se encuentra justo al frente y donde está la casa donde vivió Lord Cochrane cuando estuvo en Chile. “Este es un proyecto de restauración y de rescate patrimonial, donde nos hemos preocupado de todos los detalles, tratando de invadir lo menos posible las estructuras originales, como las vigas de madera o el silo donde guardaban el alimento para el ganado”.

Primero su padre comenzó a restaurar la casa de Cochrane, que estaba en ruinas. Después siguió con las casas de la lechería, donde también muchos techos y muros de adobe estaban en el suelo. “Tras fallecer mi papá en 2013, yo retomé su legado el 2019 y decidí colocar aquí mi propio centro de eventos (para fiestas y matrimonios), restaurante y cafetería. Soy abogada de profesión, pero banquetera y cocinera de pasión; por eso este era el lugar perfecto”.

AUTOSUSTENTABLE

Rescatar cada espacio posible del pasado es un sello de La Lechería y uno de sus rincones más especiales es una huerta orgánica —donde antiguamente se encontraban los bebederos y comederos de las vacas—, que posee una una gran variedad de frutas y verduras como porotos, frambuesas, rúcula, zanahorias, albahaca, acelgas, papas chilotas, zapallos italianos, entre muchos otros. La gracia es que todo es para el consumo del restaurante y la cafetería.

Y en ese mismo lugar se realizó, en diciembre pasado, la Feria de Emprendedores Secreto Verde, donde invitaron a diferentes emprendedores con sus artesanías y productos, además de expositores locales de Valle Alegre con lo más típico de la zona (pan amasado, mermeladas, leche de vaca, flores, queso de cabra y mantecoso).

“Una de las apuestas es la autosustentabilidad, tanto de la huerta orgánica como en el reciclaje del ochenta por ciento de nuestra basura. También regamos con las aguas grises y el próximo paso es instalar paneles solares, pues queremos disminuir la huella de carbono. Asimismo, estamos tratando de ser un restaurante ‘kilómetro cero’, es decir que todo sea de producción local. Buscamos potenciar al microemprendedor y hacer una red con los lugareños”.

Por otro lado, al fondo del terreno, se encuentra un silo de quince metros de altura que estuvo por años abandonado, pero que hoy es un muro de escalada para niños y adultos (con dificultad 5.8). “En este lugar se guardaba el forraje para las vacas, principalmente choclo, coronta y hojas. Hoy le dimos una nueva vida, pensando en el ecoturismo. Además, tenemos una tirolesa de treinta metros de altura, canopy y juegos para niños”.

Sin duda, otro de sus puntos fuertes es la increíble acústica de su interior, donde han realizado pequeños conciertos, incluso con una cantante de ópera. Como proyecto a largo plazo, Elisa quiere construir en la cima un observatorio de aves y, en su interior, una serie de lofts para que puedan alojar los visitantes e invitados a los matrimonios.

CAFETERÍA Y RESTAURANTE

Desde la carretera lo primero que se ve de La Lechería es su sencilla, pero preciosa cafetería de madera con un gran cartel de mosaicos. Con vista hacia la calle tiene un par de mesitas que combinan a la perfección con muebles que evocan una época pasada y que, a la vez, funcionan como un pequeño emporio de los productos locales.

El ambiente es totalmente familiar y pensado para que todos puedan disfrutar con tranquilidad. Por eso en varios puntos hay columpios ‘tipo pera’ de mimbre, banquitas y lugares de descanso. La especialidad es el kuchen de berries, el pie de limón y la torta de cuatro leches, que prepara la propia Elisa.

En la parte del restaurante —en el patio central de la casa quinta y donde antiguamente se guardaban las herramientas—, hay un par de mesas más, iluminadas con guirnaldas de luces. La carta es “a la pizarra” y cambia todos los días. La especialidad es la comida de casa gourmet: pastel de choclo con carne mechada, risotto de champiñones, paella, pastel de jaiba, entre otras delicias.

CASA MUSEO

“La Casa Museo Almirante Lord Thomas Alexander Cochrane es una hacienda que adquirió el almirante británico, el 10 de mayo de 1820, y que ocupó hasta su partida en 1823. En estas tierras se estableció la primera escuela agrícola de Chile en la que se utilizaban herramientas de hierro para la labranza y donde Cochrane plantó encinas y olmos traídos directamente desde Inglaterra”, es parte de lo que se señala en la placa conmemorativa.

“Aquí se pueden encontrar utensilios de la época fabricados en fierro, mapas que le mandó Napoleón a Cochrane, cartas con Bernardo O’Higgins, documentos de las batallas de Inglaterra, Francia y de la Independencia de Chile. Además se relata quien fue María Graham, destacada escritora, ilustradora y naturalista inglesa, quien estuvo una larga temporada con Cochrane. Otro dato interesante fue el paso de Charles Darwin, quien visitó la zona de Quintero y, hasta el día de hoy, hay una calle en su honor”, cuenta Elisa.

Rodeada de un impecable jardín, la entrada es gratuita para el público, y se puede ingresar pidiendo una visita guiada desde La Lechería. “Estamos en busca de un nuevo curador, pues este es el gran legado de nuestro padre con la comunidad. Hoy es mi hermano mayor quien está preocupado de conservarlo y, de hecho, él fue quien, el 2018, coordinó la visita de la princesa Ana de Inglaterra, por la conmemoración de los doscientos años de la Armada de Chile. Uno de los proyectos, para hacer la visita más lúdica, es mandar a hacer una maqueta naval de las batallas de Lord Cochrane y que puedan disfrutar niños y adultos”.

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