Una Escuela Sustentable Latinoamérica: Educación medioambiental

En febrero comenzará la construcción de la primera escuela sustentable pública de Chile en la localidad de Lo Zárate, comuna de Cartagena. Un precioso proyecto liderado por una ONG uruguaya que busca crear espacios educativos integradores, amigables con el medio ambiente que inspiren a las nuevas generaciones a tener un futuro sostenible.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía gentileza Una Escuela Sustentable
www. unaescuelasustentable.com

 Desde el 3 de febrero hasta el 15 de marzo, alrededor de ciento cincuenta voluntarios de todas partes del mundo llegarán a Lo Zárate, comuna de Cartagena de la Región de Valparaíso, para construir la primera escuela sustentable pública de Chile y la tercera de Latinoamérica, tras exitosos resultados en Uruguay y Argentina.

El proyecto está liderado por Imaginen, una red de escuelas públicas sustentables que nació en Uruguay, el 2012, gracias a un grupo de amigos decididos a fomentar un futuro más sostenible. “Estas escuelas son construidas con esfuerzos articulados entre el sector público, privado y la sociedad civil; y unidas por un programa educativo común que utiliza la construcción autosuficiente y la sustentabilidad como herramientas para repensar nuestra educación y el modo en el que nos vemos como sociedad”, señala Martín Espósito, director del programa Una Escuela Sustentable que fue galardonado, en 2017, por los Premios Latinoamérica Verde.

La motivación surgió del documental El guerrero de la basura del arquitecto norteamericano Michael Reynolds, famoso por su sistema constructivo con distintos principios de sustentabilidad. “Lo que descubrimos fue la importancia de contar con edificios que desde su construcción hablen de lo que significa recolectar, reciclar, aprovechar las aguas lluvias o residuales; la basura como material de construcción, la producción de alimentos y que estén acondicionados de tal manera que la calefacción y refrigeración de los espacios se produzca de manera natural. Fue una oportunidad perfecta para trabajar en la educación pública y demostrar que lo ambiental, las relaciones humanas y los recursos podían estar presentes dentro de su mismo contexto. Es decir, construir como una herramienta pedagógica”, agrega.

Tras cinco años de trabajo —de reunir fondos, socios, aliados y permisos—, lograron contratar a Reynolds y su equipo, con el cual construyeron Una Escuela Sustentable, primero en Uruguay (2016) y luego en Argentina (2018). Presentados por Unilever, a través de Omo, y con el apoyo de DirectTV, Disney y National Geographic se replicará la idea en Chile y luego en Colombia (2021). “En la primera construcción llegaron estudiantes de más de treinta países diferentes, a aportar con su mano de obra y a trabajar con la comunidad local, pues el enfoque siempre ha sido escoger escuelas rurales. Para nosotros los voluntarios son esenciales, por eso les devolvemos la mano con distintas actividades, talleres y charlas con especialistas en la materia”.

LO ZÁRATE

Para la elección de Una Escuela Sustentable en Chile, durante el 2019, se realizó un llamado a través de la Fundación Superación de la Pobreza y las seremías de Educación y Medio Ambiente de Valparaíso, donde postularon cincuenta establecimientos rurales. “Tras distintas etapas de preselección y visitas terminamos seleccionando a la escuela de Lo Zárate del municipio de Cartagena, que cuenta con cuarenta y ocho alumnos. Esta era una escuela que ya existía, con una superficie construida de unos ciento cincuenta a doscientos metros, y que tenía un montón de necesidades desde el gran frío que pasaban en invierno y el calor en verano; hasta la falta de energía eléctrica, de espacio, etc., pero sobre todo por encontrarse en un entorno con un tremendo déficit de agua. Un problema que nos sorprendió muchísimo por la gran y rápida desertificación que hoy está sufriendo la Región de Valparaíso y Chile. La crisis hídrica está presente y hoy hay muchas maneras de no desaprovechar este vital recurso”.

Uno de los cambios de este proyecto, con respecto a los anteriores, fue decidir no construir un edificio desde cero, sino intervenir el existente y agregar nuevas estructuras a su alrededor. “Además, para esta tercera etapa recogimos todo lo aprendido con Reynolds y decidimos trabajar con otros arquitectos latinoamericanos que estuvieran más conectados con las realidades locales”.

SIETE PRINCIPIOS SUSTENTABLES

En Lo Zárate también el reciclaje y el trabajo comunitario son el eje central, donde ya se han almacenado cerca de dos mil neumáticos, tres mil botellas de vidrio, mil quinientas botellas de plástico, doce mil latas de bebidas y maderas recicladas de demoliciones para la construcción. Asimismo, el trabajo se realizará bajo siete principios sustentables:

1 y 2.- Agua (del autoabastecimiento al tratamiento eficiente): uso racional del recurso, instalación de dispositivos de captación y tratamiento de aguas grises y negras.

3.- Energías renovables (aprovechar lo inagotable): captar recursos como el sol, son la respuesta a la autosustentabilidad. Construcción que tenga en cuenta la eficiencia energética.

4.- Hábitat (acondicionamiento térmico): construcción a partir de los principios de arquitectura bioclimática, implementando sistemas térmicos pasivos y materiales naturales como lana de oveja, barro, colchones radiculares (raíces), etc. Lo que permite generar distintos mecanismos de calefacción, ventilación y aislamiento.

5.- Residuos (la basura no existe): incorporar en los edificios materiales de descarte y en las aulas se trabaja el concepto de las 3Rs (recicla, reduce, reutiliza), el consumo consciente y la economía circular.

6.- Producción de alimentos (hacia una soberanía alimentaria): creación de huertas escolares que funcionan como aulas, enseñando sobre alimentación saludable y biodiversidad nativa. Por ejemplo, con un invernadero exterior (zona de cultivo todo el año) y huertos (de árboles nativos, medicinales) en el corazón del edificio que funcionan junto a una biblioteca y centro de recreación.

7.- El trabajo sobre las relaciones humanas: colaboración y el compromiso de las personas unidas trabajando por un fin común. “Construir un edificio en cuarenta y cinco días sería imposible sin un volumen grande de personas. Por eso, paralelamente, promovemos un curso de construcción con clases teóricas y prácticas sobre hábitat, energías renovables, tratamientos de aguas, etc., dictadas por profesionales de todo el mundo. Asimismo, viajan varios estudiantes y becados a colaborar (setenta por ciento extranjeros y cuarenta por ciento chilenos). En total seremos unas ciento cincuenta personas por día”.

RESIDENCIA ARTÍSTICA

“El trabajo con la comunidad es muy estrecho al igual que con los docentes. Tenemos un equipo para orientarlos a cómo trabajar la educación ambiental y los conceptos de sustentabilidad, para que esto se mantenga en el tiempo, y sea un eje transversal en toda la escuela. Además, invitamos a otros colegios e instituciones para que puedan llevarse contenidos y replicar la experiencia. Todos los domingos, durante febrero y marzo, pueden visitarnos y recorrer las instalaciones”.

Paralelamente al proceso de construcción de Una Escuela Sustentable en Chile se realiza una dinámica de residencia artística para identificar las áreas de necesidad del centro educativo rural de Lo Zárate, que contará con el apoyo del artista y docente uruguayo Luis Camnitzer, figura líder del conceptualismo latinoamericano. “El foco es el arte como herramienta de educación, y en esta actividad participarán diferentes artistas de la región, voluntarios y la personas de la comunidad. Una Escuela Sustentable tiene como objetivo no sólo construir una escuela pública en cada país latinoamericano, sino crear una red que pueda generar contenidos, avances, desarrollos arquitectónicos y educativos sostenibles”.