Turismo astronómico

Por Arturo Gómez M.

Es increíble cómo ya estamos a punto de cambiar de año. Da la impresión que, a medida que pasa el tiempo, este se hace cada vez más corto y de pronto nos vemos enfrentados a que ya han pasado doce meses rápidamente.

Justo en esta época de fin y de principio de año, se producen una serie de fenómenos que, a veces, no nos damos cuenta de ellos. Estamos en el momento del solsticio de verano, en donde las noches se hacen muy cortas y los días con luz solar, muy extensos. Días de buen tiempo y de temperaturas agradables, además de estar en la época de vacaciones tanto de escolares, como de trabajadores, en general. Es el momento en que podemos disponer de nuestro tiempo libre, para distraernos haciendo cosas diferentes.

Afortunadamente, en nuestro país han aparecido, a lo largo de Chile, muchos centros astronómicos dedicados al turismo astronómico, especialmente en el norte y centro del país. San Pedro de Atacama se caracteriza por estar cerca de grandes centros de astronomía mundial, como es el Radio Observatorio ALMA y el Observatorio Paranal. Esa ubicación hace que la gran mayoría de los centros que ofrecen viajes turísticos de día, participen también en las noches, con una oferta nocturna de observación del universo. Lo interesante es que las noches aseguran cielos despejados, sin nubes.

Como San Pedro de Atacama queda relativamente lejos para algunas regiones del país, tenemos una enorme cantidad de observatorios en una zona muy especial, como es El Valle de Elqui y sus alrededores. Me refiero a la región de Coquimbo. Durante los meses de verano, se hacen visitas en diferentes horarios nocturnos, comenzando a las veintiuna horas y terminando al amanecer. Todos estos horarios dependen de la cantidad de personas que se inscriben previamente, para que los visitantes reciban una atención más personalizada.

En esta época de verano, el cielo nos muestra una enorme cantidad de objetos celestes que son fáciles de observar con telescopios pequeños. Tenemos, por ejemplo, a un llamativo cúmulo de estrellas llamado Las 7 Cabrillas o El Carrito Chino, ubicado en la constelación del Toro, visible, incluso a «ojo desnudo», es decir, sin instrumento o telescopio. Muy cerca de ese lugar, se encuentran muchas estrellas muy familiares para nosotros, en general. Son las famosas «Tres Marías» y que corresponden al cinturón del cazador Orión.

Justo al lado de las Tres Marías, se ubica otro grupo de estrellas, llamadas Las Tres Chepas, en donde al observarlas con binoculares, por ejemplo, vemos que en la Chepa del centro, se muestra una nube brillante y que corresponde a la Nebulosa de Orión, lugar de nacimiento de estrellas, conocido como «cuna de estrellas». Al mirar, con un telescopio, esta zona de las Tres Chepas, se hace visible una nebulosa con la forma de alas abiertas de un pájaro. En el centro de esta nebulosa, se ven cuatro estrellas que forman una figura geométrica, llamada «El Trapecio», estrellas que, para algunos, sirven para calibrar y optimizar los telescopios de aficionados.

Esta nebulosa de Orión es la que más se muestra en verano en los centros de turismo astronómico. Es imperativo observarla. Es como si alguien va a Egipto y no visita las pirámides o las esfinges.

En estos meses, especialmente al comienzo de enero, nuestro planeta Tierra, por tener una órbita elíptica, es decir levemente alargada (con la forma de un huevo), se encuentra en su punto más cercano al sol. Ese fenómeno se conoce con el nombre de perihelio. Aunque para la mayoría de los habitantes de este planeta pasa totalmente inadvertido, para la astronomía es un momento de interés, ya que marca uno de los innumerables puntos «cero» que tiene la Tierra, alrededor del sol, como lo son los solsticios y equinoccios.

Estos meses de verano son tan interesantes, desde el punto de vista astronómico, que es el momento preciso para acercarnos a los centros de turismo astronómico y enterarnos de lo que sucede allá arriba. Los últimos acontecimientos astronómicos, como los eclipses y el tránsito de Mercurio frente al sol, han sido fenómenos difundidos por los medios de comunicación en el país, lo que ha ayudado a que muchos se interesen a mirar hacia el cielo y no estar, horas y horas, mirando el celular hacia abajo.

Bienvenidos esperados meses de verano.