El Museo Marítimo Nacional: trayectoria y desafíos

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El Museo Marítimo Nacional cuenta con ciento cuatro años de existencia y es la institución más importante en el ámbito nacional en el desafío de salvaguardar el patrimonio histórico naval y marítimo del país.

Esta institución, inicialmente funcionó a bordo del legendario monitor Huáscar, que en 1915 hacía tiempo que había cumplido su vida útil como nave de guerra y se le estaba buscando otra utilidad que evitara la obsolescencia definitiva, y por ende, el temible desguace del que ya era en ese tiempo una verdadera pieza histórica.

Allí entonces se habilitó una muestra de los objetos patrimoniales que para entonces la Armada tenía, dando forma al primer Museo Naval. Sin embargo, dos años más tarde, se recibió la sorpresiva noticia de que el Huáscar regresaría al servicio activo puesto que se le asignaba la tarea de prestar apoyo a los seis submarinos tipo H, que ese año habían arribado a Chile provenientes de Estados Unidos.

Ante la “pérdida” de este primer museo flotante, las autoridades navales resolvieron habilitar una sala histórica en el edificio de la Escuela Naval, que para entonces funcionaba en el bello emplazamiento del cerro Artillería, en el edificio construido por el arquitecto Carlos von Moltke.

Dicha sala histórica funcionó ahí hasta 1927, año en que se trasladó al primer piso del cuartel Silva Palma en la subida Taqueadero, en el mismo cerro Artillería. No obstante, el difícil acceso para llegar a su emplazamiento, y por tanto, la imposibilidad de que fuese visitado por la comunidad porteña hizo que se buscara  una nueva ubicación en el centro de la ciudad, intentando cumplir de mejor forma los objetivos de difundir la historia naval del país, especialmente entre los estudiantes. Una antigua gestión del que había sido alcalde de la ciudad, Lautaro Rosas, fallecido en 1932, permitió que finalmente en 1940 se concretara la cesión de un local en la Plaza Italia, en la esquina de calle Independencia con General Cruz, lugar donde el museo se instaló formalmente, funcionando ahí los siguientes veinte años.

Sin embargo, en 1960, el museo nuevamente fue trasladado, en esta ocasión, al patrimonial castillo Wulff en el borde costero de la ciudad de Viña del Mar. Allí permaneció hasta octubre de 1986, en que se resolvió, por falta de espacio y dificultad de mantención, el regreso a su antigua ubicación en el cerro Artillería, en la ex Escuela Naval, en el referido edificio patrimonial que ahora merecía tener un nuevo uso acorde a su importancia. El proyecto de instalación del nuevo Museo Naval y Marítimo se concretó en 1988, el que a su vez se complementó con la inauguración del auditorio naval en 1990 y la formación del Archivo y Biblioteca Histórica de la Armada, establecida ahí siete años más tarde.

Como hito significativo, hay que mencionar que, el año 2011, el museo cambió de nombre pasando a denominarse “Museo Marítimo Nacional”, es decir, el primer “museo nacional” fuera de Santiago, una muestra concreta de que Valparaíso debiese liderar los temas en materia marítima, y en donde se debe abordar el desafío no menor de incorporar en la museografía, múltiples temáticas que van más allá de la historia naval institucional como, por ejemplo, los pueblos originarios vinculados al mar, la cartografía histórica y la navegación, la marina mercante y el comercio, la Antártica, entre muchos otros. Y todo lo anterior, en un marco patrimonial monumental como es el edificio “Almirante Luis Uribe Orrego”, una joya histórica de finales del siglo XIX.