Cecilia Avendaño: Sugerentes

artista

Reconocida en el circuito artístico por sus caras curiosas y andróginas, sus obras permiten no una, sino varias lecturas. A simple vista, parecen pinturas, pero no. Son fotografías intervenidas en Photoshop. Un proceso exhaustivo y demandante que durante años mantuvo el foco en el rostro humano, pero que con su última apuesta, Enfermedades preciosas, lo extrapoló también al cuerpo gracias a la colaboración de diseñadores y botánicos. Una muestra imperdible que podrán visitar hasta el 26 de noviembre en la sala de arte de la CCU.

Por Macarena Ríos R./ Fotografías Andrea Barceló

Sus rostros alteran, premeditadamente, los cánones de belleza impuestos. Algunos cambios son más sutiles; otros, más drásticos. Pero en ambos casos son profundamente evocadores y disonantes. “En mis fotos sí hay elementos ‘bellos’, pero también hay detalles que confunden, porque rompen la coherencia a la cual estamos acostumbrados y nos conecta con otra forma de ver las cosas”, dice una Cecilia de grandes ojos azules, mientras afina los últimos detalles de Enfermedades preciosas, la exposición que viene a coronar un gran trabajo de cinco años.

Su pasión por la fotografía comenzó en la adolescencia, cuando le regalaron su primera cámara: una Nikon análoga. Dice que le atraía la idea de capturar pedazos de tiempo, de buscar la cotidianeidad citadina. Y en eso se le iba la vida, hasta que la saltaron a mano armada. Eso marcó un antes y un después, porque Cecilia cambió la calle por el taller y no volvió a salir.

Comenzó a trabajar en estudios con modelos y descubrió las bondades de la fotografía digital. A través de la manipulación de las imágenes en el computador, encontró la espontaneidad que le daba la calle. Y empezó a exponer. Primero vino Pride, luego la serie Blow, por la que se hizo conocida en el ambiente artístico nacional. Un par de años más tarde le seguiría e.Merge, para culminar con la serie fotográfica Enfermedades preciosas, que involucró un arduo trabajo en conjunto con diseñadores y botánicos y que resumió en un libro homónimo.

“Este libro es un mapa, un laberinto de caminos diversos para que quien quiera adentrarse pueda no solo leer mi obra, sino también hacer un recorrido creativo de metáforas que cada quien aporta con su propia visión. Es una obra de mujer, que habla de las mujeres y nos conduce a ellas”, explica.

El libro incluye entrevistas, ensayos, ilustraciones y registros de los últimos cinco años de investigación, donde revela su proceso creativo, y que la llevó a exponer en Santiago, Estambul y Hong Kong.

¿Cuál es el leit motiv de Enfermedades preciosas?
Enfermedades preciosas habla sobre cómo somatizamos las emociones y el cómo, a través de lo natural, podemos volver a observarnos y conectarnos con nuestro cuerpo. La botánica, la naturaleza, es un regreso a nuestras raíces y volver a aceptar lo que somos y lo que nos rodea. A reconciliarnos con aquellos aspectos de nosotras mismas que nos han enseñado a esconder, a negar, a odiar y a integrarlos a lo que ya somos. La enfermedad constituye la metáfora del síntoma precioso, que expone una parte relegada de nuestra existencia más íntima.

ALQUIMIA PROFUNDA

Así define su obra. Como una alquimia profunda que tiene sus raíces en sus sueños, miedos y pesadillas. Cecilia —cuyos referentes apelan al mundo barroco—, trabaja desde lo emocional y la intuición. Sus obras se han paseado en numerosas exposiciones, colectivas e individuales, y ferias internacionales como Art Central Hong Kong, Contemporary Istanbul, Art Miami, Sydney Contemporary, Swab Barcelona, Lima Photo y ArteBa.

Su proceso creativo parte de fotografías muy producidas que realiza con modelos en un estudio y que más tarde manipula sin piedad, alterando las proporciones, sustituyendo algunos rasgos por los de otros rostros de distinta procedencia. Una suerte de collage de ojos, mentones, narices y pómulos que dan paso a seres híbridos, digitales, desconstruidos. “Quería crear mis propios personajes, no generarlos a través de las tomas, sino poder mezclar y armarlos en base a millones de fragmentos”, comenta.

¿Cuándo sientes que una obra está terminada?
Como trabajo muy desde la intuición, lo mío va más por el lado del ensayo y error, creo que esa es la mejor manera de poder crear algo. Durante el proceso en que voy haciendo mixtura de imágenes, siento desde la guata cuando está listo.

¿Qué te inspira?
El rostro humano me apasiona, es un objeto de inspiración porque pareciera contener la totalidad de quienes somos. Incluye una enorme cantidad de información, expresa códigos y pautas culturales que determinan nuestra relación con nosotros mismos y con los demás de una forma tan poderosa que apenas somos conscientes de ello.

¿Te sientes expuesta?
Es muy difícil no exponerse cuando uno muestra algo tan íntimo, y que toca tan profundo.

¿Qué se viene ahora?
Espero que un tiempo de descanso importante y conectado con la naturaleza, como lo fue este proyecto. Estoy trabajando hace años con Isabel Croxato Galería. La idea ahora, es hacer una itinerancia con esta muestra no solo a otras regiones sino que también fuera de Chile.

 

“Las mujeres existimos distintas, singulares, especiales, etéreas, terrenales, sutiles y fuertes… Como las mujeres de Enfermedades preciosas”.

“La naturaleza humana resulta inspiradora y sorprendente”.

“Es muy difícil no exponerse cuando uno muestra algo tan íntimo, y que toca tan profundo”.