Carolina Arriagada: Urbanismo inclusivo

Interesada en aprender más sobre su tema de tesis de doctorado, la arquitecta y académica de la Universidad del Bío Bío, Claudia Arriagada, asistió a un congreso internacional en Inglaterra. Sin embargo, y para su sorpresa, ella terminó exponiendo un tema tan interesante para los expertos de Europa y Estados Unidos, que fue reconocida con el Premio al Mejor Paper.

Por Soledad Posada M. / Fotografías Sonja San Martín D.

Un enfoque exploratorio de la transformación del espacio urbano de los migrantes latinoamericanos de la ciudad de Antofagasta, Chile, se denominó la presentación de Claudia Arriagada, arquitecta y alumna del doctorado de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad del Bío Bío. Con su ponencia, Claudia sorprendió a los asistentes y autoridades del Congreso Internacional de Migración, Seguridad y Ciencias Humanas, realizado en enero de este año, en Londres, Inglaterra, porque los expertos no sabían que también había un fenómeno de migraciones hacia el sur de Sudamérica, y no como históricamente ha sido, que las personas buscan mejores condiciones de vida en países desarrollados.

Claudia egresó de Arquitectura en la UBB en 1996, estudió un postgrado en Diseño Urbano en Inglaterra, y luego un Magíster en Urbanismo en la Universidad de Chile, cuyo tema fue la resiliencia en la zona siniestrada en el terremoto de 2010. Actualmente, cursa el último año de su doctorado, hace clases y asistencia técnica en los Proyectos de Desarrollo Comunal de Penco y Los Ángeles; antes también trabajó como consultora del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, a cargo de los planes maestros de Coronel y Tirúa, después del 27F. Su carrera la ha enfocado en el urbanismo, porque desde ahí puede aportar a la sociedad, aspecto que ha sido de gran importancia en su vida.

 ¿Cómo fue tu infancia?
Mi infancia estuvo marcada por la fuerte presencia familiar, entre mis hermanos Álvaro y Valentina, primos, tíos y abuelos. Todos íbamos a la casa de mi abuela “la Oma”, que siempre fue el pilar y unión de esta gran familia extendida. Pasábamos tardes enteras con ella, transmitiéndonos valores y enseñanzas que hasta el día de hoy recuerdo. Pero también, por la temprana muerte de mi mamá Cristina, a los cuarenta años, en un accidente, quedó mi papá, Carlos, como mamá y papá. Eso me obligó a madurar anticipadamente y a ver el mundo de manera distinta, a ser consciente que la vida se construye de pequeños momentos, y que no hay espacio para pequeñeces. La vida es muy corta.

APORTE A LA SOCIEDAD

¿Cuándo nace en ti el interés por el urbanismo?
Mientras estudiaba Arquitectura, me empecé a cuestionar cuál iba a ser mi aporte a la sociedad; incluso congelé la carrera en cuarto año, porque había decidido cambiarme a Sicología. Mientras me preparaba para entrar de nuevo a la universidad, trabajé en una oficina de arquitectura donde conocí de cerca el urbanismo. Me di cuenta de que, en ese espacio, podía desarrollar mi anhelo de aportar con un granito de arena a una sociedad más justa.

¿Cómo fue tu experiencia al participar en los planes de reconstrucción después del terremoto?
El equipo en el cual trabajé se conformó con el objetivo de planificar la reconstrucción de aquellas localidades que habían sido destruidas por el tsunami del 27F. En un inicio, en etapa de emergencia, tratábamos de catastrar y diagnosticar el desastre ocurrido. Sin muchas herramientas, logramos levantar la información para luego planificar cómo lo íbamos hacer. Finalmente, quedó la satisfacción de haber hecho el mejor trabajo posible, donde algunas de las iniciativas, como el Parque del Carbón en Lebu, y que luego desarrolló el Ministerio de Vivienda, surgieron gracias al trabajo de todo el equipo de aquella época y ahora constituyen un aporte a la vida urbana.

¿Por qué crees que reconocieron tu trabajo en Inglaterra?
Fue reconocido porque puso en la discusión académica que la migración no es una cuestión que sólo deben atender los países desarrollados, y que las decisiones que se tomen en Europa y Estados Unidos deben mirarse de manera global, ya que afectan al resto de los países. Si las naciones del norte cierran sus fronteras, entonces el migrante empieza a mirar a los países en vías de desarrollo y es responsabilidad de todos nosotros insistir en la promulgación de una política migratoria global que integre al migrante en su búsqueda por mejores condiciones vida.

MIGRACIÓN

¿Cuáles han sido las etapas migratorias en Chile?
Históricamente, Chile es un país de migrantes. Se distinguen al menos tres etapas migratorias, desde inicios del siglo XIX hasta la fecha, en las cuales se han generado grandes corrientes hacia y desde el país. La primera etapa se caracterizó por la llegada de inmigrantes europeos como parte de un proceso de colonización del sur de Chile. La segunda corriente, caracterizada por la emigración durante la dictadura militar y por la crisis económica y política que vivió el país durante los años ochenta. Y, finalmente, la fase actual, que se inicia a mediados de la década de los años noventa, donde las personas se desplazan en búsqueda de mejores condiciones socioeconómicas.

¿Y por qué es atractivo Chile?
Existen dos procesos que explicarían por qué Chile se presenta como un centro atrayente de migrantes dentro de la región latinoamericana. Aparte del ya mencionado, donde los países del norte cierran sus fronteras, Chile exhibe una relativa estabilidad económica y política, lo que asegura mayores oportunidades laborales y mejor calidad de vida en relación a los países de origen.

¿Qué le falta a Chile para ser un país que integre al migrante?
Hay un tema cultural, histórica y geográficamente; hemos estado un poco aislados del concierto mundial, lo que ha provocado que seamos una sociedad homogénea, prácticamente todos iguales, y donde tampoco hemos reconocido a los pueblos originarios como parte de la sociedad, pero distintos a los chilenos, entonces ahí hay un gran tema para trabajar. Como sociedad, debemos perder el miedo a quienes no son iguales a nosotros, y reconocer en cada uno un aporte a la construcción de un bienestar mayor. Y también, tiene que ver con modificar en conciencia la política migratoria chilena, donde aún prima el concepto de seguritización, que primó en su promulgación el año 1975, cuando Chile debía defenderse y cerrar fronteras. Las actuales modificaciones han tendido a segregar aún más a haitianos, venezolanos, colombianos, etc.

¿Qué significa el concepto de ciudad para todos o derecho a la ciudad?
El concepto de ciudad para todos se acuña en los años setenta con Lefebvre, filósofo francés, quien argumenta que la ciudad es de todos los ciudadanos, constituyendo un derecho, sin distinción de ninguna índole, representado por la integración del ciudadano en la construcción y reapropiación del espacio urbano. Luego, hay otros grandes geógrafos contemporáneos que van trabajando el concepto, como el norteamericano Don Mitchell y David Harvey, quienes definen el derecho a la ciudad como el auge de una sociedad urbana radicalmente distinta al modo de producción capitalista, que le otorga espacio a los movimientos ciudadanos que representan las minorías. Entonces, en nuestras ciudades no puede haber ciudadanos invisibilizados por el modelo actual. Cada uno de nosotros puede y debe tener un espacio en el cual desarrolle dignamente su vida, primando el derecho a la inclusión, proximidad y accesibilidad a cada uno de los recursos urbanos. Aquí no se puede rentar con la vivienda, permitiendo los ya famosos “guetos verticales” u otro modelo de segregación y tugurización.

 

“Si las naciones del norte cierran sus fronteras, entonces el migrante empieza a mirar a los países en vías de desarrollo y es responsabilidad de todos nosotros insistir en la promulgación de una política migratoria global que integre al migrante en su búsqueda por mejores condiciones vida”.

“Como sociedad, debemos perder el miedo a quienes no son iguales a nosotros, y reconocer en cada uno, un aporte a la construcción de un bienestar mayor”.