Mujer Lucía Allende, empresaria: Cosmopolita

De paso por nuestro país, esta exponente del “women power” acaba de lanzar #Superfeminas, no mandan… ¡Lideran!, un libro que habla del emprendimiento femenino a través de su propio ejemplo. “Soy una mujer común y corriente que está donde está a punta de trabajo y el que este libro tenga tanta resonancia me reafirma que puedes hacer lo que quieras. Es cuestión de creerse el cuento”.

Por Macarena Ríos R. /Fotografías Teresa Lamas G.

 Femenina e inquieta, Lucía Allende es, en realidad, Lucía Guerrero Allende. “Llevo el apellido Allende por mi madre. Lo llevo en su honor, porque es una líder natural, una mujer con coraje. La admiro muchísimo”.

¿Qué heredaste de tu mamá?
Lo trabajólica, lo independiente, lo líder natural.

¿Te sientes una líder?
Creo que cada cosa en su momento. Cuando hay que reír se ríe, cuando hay que hablar seriamente se hace y cuando hay que liderar, se lidera.

Lucía acomoda su pelo y cruza las piernas. Toma un largo sorbo de café sin azúcar, tal como le gusta. Y mira el mar de su infancia. Tenía once años cuando llegó a Holanda. ¿Sabes cuál fue mi primer recuerdo de Europa?, pregunta entrecerrando sus ojos grandes y oscuros. El túnel bajo el mar.

¿Has pensado en cómo sería tu vida si no te hubieras ido?
Posiblemente estaría casada, con hijos, tendría una vida más clásica.

EL PODER DE LA MARCA

Al otro lado del continente, una Lucía alegre, independiente y autónoma estudió Economía y Administración, formó su primer emprendimiento (Vip Beauty) y siguió estudiando, esta vez Inmobiliario, “algo así como un agente inmobiliario, pero más integral, donde te enseñan algo de arquitectura, diseño y valores. Quería aprender sobre el negocio para luego poder invertir”. Trabajó durante un año en una agencia inmobiliaria. Con veintiocho años, era la única mujer del equipo entre quince hombres. Después de aprender todo el sistema, renunció y creó su propia empresa: Elgahousing, al alero de Luciano Holding, “el negocio que me hizo crecer financieramente”.

Llevaba varios años trabajando en el área inmobiliaria. Se sentía cómoda y se manejaba como pez en el agua, pero un giro inesperado cambió el rumbo. Vendió Vip Beauty, y partió de vacaciones a Madrid. “Sentí que ya era hora”, dice.

“Un día había un evento en la tienda de Carolina Herrera. Entré, me gustó lo que vi y pedí hablar con el gerente. Le pregunté si no les gustaría posicionarse en los Países Bajos. Él me dijo que estaban en plena expansión y me dio su tarjeta. Durante un año trabajé en el posicionamiento de la marca y posterior apertura de las tiendas, que fue un éxito. Y así comenzó mi carrera. A los cuarenta años tomé la decisión de hacer las cosas que me hacen feliz. Ahora me dedico a hacer lo que me gusta: escribir y asesorar a pymes que quieran globalizar su marca. Así puedo vivir relajada y disfrutar de la vida”.

¿Qué aprendiste de la cultura holandesa?
Los holandeses tienen la estructura, la administración, y valores, como la ayuda a los demás. Pareciera que los nórdicos fueran más fríos, pero yo no lo viví así. Teníamos un vecino en Ámsterdam que siempre nos ayudaba con los impuestos. Somos vecinos, decía, hay que ser solidarios, que ejemplo más lindo que ese para demostrarte la preocupación por el otro que vi siempre en Holanda.

CAPÍTULO BARCELONA

Llegó a Barcelona por amor. Pero no se quedó quieta. Estudió un MBA de Negocios Internacionales y un máster en Sicología Positiva en la Escuela Europea de Sicología, al tiempo que continuaba administrando las plataformas y negocios que había desarrollado a lo largo de los años. Lucía siguió trabajando junto al croata que le había movido el piso, tanto como para dejar Holanda después de largos años. “Con mi pareja aprendí lo que implica vivir en diversos países. Le he tomado el gusto”.

Luego de doce meses de investigación acerca de los liderazgos femenino y masculino, le preguntaron por qué no plasmaba en un libro las conclusiones a las que había llegado. ¡Qué buena idea!, dijo ella. Y se puso manos a la obra.

¿Fue tarea fácil?
Escribir un libro requiere de mucha concentración y trabajo. Son horas las que estás detrás del computador leyendo, corrigiendo, investigando. Yo no estudié periodismo ni literatura, entonces ver el producto final me llena de orgullo.

¿Cuáles han sido los efectos secundarios de este libro?
El libro me ha traído mucha seguridad, más de la que imaginaba. Después de Holanda y España, Chile es el tercer país donde lo lanzo. Cuando me invitaron a Ámsterdam para dar una charla a las mujeres hispanas emprendedoras, aproveché de llevar el libro y posicionarlo. Y al ver el efecto que tuvo pensé inmediatamente en lanzarlo aquí en mi país, donde están mis raíces.

¿Cómo aplicas la sicología positiva en los negocios?
La sicología positiva es la base para socializar con otras personas. Se utiliza mucho en las empresas cuando realizan el proceso de reclutamiento, porque de esa forma ven si son compatibles con el puesto. Si buscas un gerente que dirija un equipo y resulta que después de aplicar los test te das cuenta de que un candidato tiene el humor y el nivel de sociabilidad muy alto, que son cosas positivas, no será el adecuado. ¿Y sabes por qué? Porque cuando las personas tienen alto sentido del humor y sociabilizan mucho, el liderazgo, dentro de la escala de valores, lo tienen más bajo, porque no está dentro de sus preferencias. Es muy importante conocer las fortalezas de las personas y si son compatibles con el puesto laboral que necesita una compañía.

¿Qué te centra?
Focalizarme. Por ejemplo, si estoy contigo, me focalizo ciento por ciento en ti, en la entrevista, en las fotos. Si estoy en casa, focalizo toda mi atención en estar ahí y les doy todo el tiempo del mundo a las personas con las que estoy. Ese es mi ejercicio. Y a mí me funciona muy bien.

MISS ALLENDE

Habla a la perfección inglés, francés y holandés. Le gustan las ostras, la equitación y los viajes. Francia, Noruega, Suiza, Holanda, España. Cada lugar ha sido un conjunto de experiencias que le han servido para escribir su libro.

¿Algún país que te haya quedado en la retina?
Algo que me asombró en mis viajes por diferentes culturas fue en Malasia (Filipinas). Como la riqueza ha crecido muy rápido, el índice per cápita se ha disparado, y desde muy pequeños a los niños les enseñan a administrar las finanzas y eso me parece fantástico. En Holanda también te enseñan a administrar el dinero y a donar, a tener conciencia de ayudar al otro. De hecho, es el país que más dona en el mundo.

¿Qué te mueve?
La curiosidad, las experiencias. Quiero saberlo todo y aprender de todo. Tengo dos amigas que comparten mi gusto por la ópera, la música clásica y el arte. El último viaje que hicimos juntas fue a Gerona, provincia de Cataluña, visitando los pueblitos, como Figueras, donde está el museo de Dalí.

¿Qué te quita el sueño?
La gente que quiero me quita el sueño. Una vez estaba en un hotel en Bélgica cuando me llama una amiga a las dos de la mañana para contarme que en Valparaíso había un incendio feroz y si había hablado con mi familia. Traté de comunicarme, pero no pude. Fue horrible. Es de una impotencia tremenda que personas queridas no estén a tu alcance y no saber qué está sucediendo. Es muy estresante.

¿El mejor consejo para emprender?
Hay que ser proactiva. No esperes a que algo suceda, provócalo. No hay nadie que te regale tus metas, búscalas, persíguelas, conecta con gente que te pueda aconsejar, instruir y ayudar a conseguir tus metas. Sé la mejor versión de ti misma.

¿Empoderarnos?
Potenciar habilidades femeninas, nuestros valores, nuestro pensamiento colectivo, nuestro sexto sentido y fortalecernos, para ejercer todo nuestro potencial femenino.

¿Planes?
Próximamente nos mudaremos a Ginebra, Suiza. Para este año estoy preparando mis próximos lanzamientos e Inglaterra, Estados Unidos, México y República Dominicana y tengo en proyecto dos libros que quiero lanzar en colaboración. También se viene la segunda parte de mi libro Superféminas en crisis y cómo podemos gestionar en forma resolutiva y rápida para seguir adelante.

 

“La sicología positiva es la base para socializar con otras personas. Se utiliza mucho en las empresas cuando realizan el proceso de reclutamiento, porque de esa forma ven si son compatibles con el puesto”.

 “Ten pasión. Cocina con pasión, ama con pasión, trabaja con pasión, habla con pasión. Nadie quiere seguir a una líder aburrida, triste o sin entusiasmo. La pasión se contagia”.

“Se resiliente, dice Lucía en su libro. Las personas que han aprendido a serlo se caracterizan por ser alegres, curiosas, siempre interesadas en aprender, buscan nuevos retos que las mantengan en un constante desarrollo, son flexibles y se adaptan a nuevas situaciones fácilmente. Aprende a ver los problemas como experiencias de crecimiento y aprendizaje”.